miércoles, 24 de junio de 2015

Drogadicto

Soy esa droga inofensiva que consumes por diversión, por pasar un buen rato de forma diferente. Soy de esas que no generan cargo de culpabilidad.

Me usas y después me olvidas, como si de esa forma te sintieras un poco menos adicto. Iluso, hipócrita. Tu conciencia vale poco cuando tus ansias de mí se hacen irresistibles.

Pierdes el control y vuelves a buscarme. Te espero con una sonrisa sarcástica, fingiendo que no me duele toda esta situación.

Me preparo para elevarte mientras te recibo entre mis brazos. El placer que ella te produce no puede compararse a las notas que obtienes conmigo. Lo sabes y te duele, por eso intentas callarlo.

Cuando el éxtasis termina, cuando la culpa empieza a hacer su aparición, me dejas nuevamente. Huyendo de lo inevitable.

Es mejor así, me dices, no soy adicto, murmullas. ¿A quién intentas convencer? ¿A mí o a ti? Miente cuantas veces quieras si te hace sentir mejor. Ignora lo que tenemos si así puedes seguir con tu vida.

Aquí te esperaré, mi querido drogadicto, cuando desees huir de tu realidad.

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